Pateos de la última semana del año 2023.-
Durante la última semana del año, después de la ruta 18 del parque del pasado día de nochebuena, he hecho seis caminatas por diversos senderos del monte gomero, en petit comité con mi Caperucita y con mi primo Carmelo, algunas, y con mis reflexiones y mi bastón, otras.
En concreto, el lunes partimos del Raso la Bruma hasta el Mirador de los Barranquillos de Alojera, por la cañada de Jorge, ida y vuelta, una caminata corta de unos 9 kilómetros, pero bellísima.
El martes empezamos en el extremo de la pista de la Meseta, donde ésta se une a la carretera GM-1, en las cercanías del caserío de Epina, hasta la presa de los Gallos, para subir por los risquillos de Corgo hasta la cañada de las Creces, pasar al Raso de la Bruma, Cañada de Jorge, el Palo que salta, los chorros de Epina y vuelta al punto de partida, 15 kilómetros de auténtico disfrute, por una especie de sendero que es un auténtico parque forestal de recreo.
El miércoles desde la Laguna Grande llegamos a Contadero y regresamos, un paseo en llano en su práctica totalidad, de 8 kilómetros, con un intenso contacto con la variada flora del monte. Muy apropiado casi para cualquiera, sin necesidad de entrenamiento previo.
El jueves desde el campamento del Cedro nos dirigimos a los Aceviños por el sendero que une estos dos caseríos, para regresar por la pista forestal que enlaza estos dos pueblos entre sí y con Meriga y seguir por la ermita de Lourdes y el barranco del Cedro al punto de partida. Otros 9 kilómetros en los que se puede disfrutar de casi todos ejemplares de la laurisilva.
El sábado tocó subir desde Vallehermoso hasta Chipude por los Loros, la Meseta, los risquillos de Corgo, el jardín de las Creces, las Hayas, el Cercado y la plaza de Chipude, para regresar en guagua. Un pateo de 15 kilómetros con una subida considerable, bien compensado con una suculenta comida en el restaurante del punto de llegada.
El domingo, subida y bajada, partiendo de Hermigua, hasta el Cedro, Contadero, Laguna Grande, presa la Malesita, lomo del Cercado, caserío del mismo nombre, las Hayas, jardín de las Creces, risquillos de Corgo, la Meseta, los Loros y mi casa, en Vallehermoso. Un pateo de 25 kilómetros, que te hace dormir como un lirón, aunque sea la noche de fin de año.
En seis días, alrededor de 80 kilómetros de pateo, 130.000 pasos y más de 500 imágenes de las cuales he seleccionado un diez por cierto aproximadamente, que te ofrezco en el vídeo de algo más de cuatro minutos de duración que acompaña a la presente crónica, justo aquí encima del presente texto.
¡Feliz año 2024!